El filtro de aire es el encargado de evitar la entrada de impurezas en el motor por lo que llevar a cabo un mantenimiento adecuado del mismo garantizará que esta función se cumpla correctamente.
Para que podamos contar en nuestro coche con un filtro de aire en buen estado, podremos llevar a cabo dos tipos de acciones distintas: la sustitución del filtro de aire o la limpieza del antiguo filtro.
Sustituir el viejo filtro de aire por uno nuevo:
Escoger esta opción es, sin lugar a dudas, la más adecuada ya que se trata de un elemento relativamente económico, dependiendo del tipo o del modelo del vehículo y de su fabricante.
Para saber en qué momento se debe sustituir el filtro de aire de un vehículo se aconseja leer el libro de especificaciones del fabricante para ese modelo en concreto. No obstante, por norma general el cambio suele recomendarse tras haber recorrido cierta cantidad de kilómetros, aproximadamente entre 10.000 y 15.000.
Realizar la limpieza del filtro de aire viejo:
Esta opción, aunque se trata de una tarea sencilla, no es la más recomendable puesto que sus beneficios son prácticamente inexistentes.
Para realizar la limpieza del filtro de aire de un coche bastará con que utilicemos un poco de aire a presión que ayude a eliminar, aunque de manera superficial, las primeras capas de suciedad. No obstante, siempre quedará suciedad incrustada frente a la que la única solución es el cambio por un filtro nuevo.