Estos deportivas buscan en las instalaciones de Audi la mejor herramienta para trabajar la posición del cuerpo, evaluar el comportamiento del material, incluso en condiciones térmicas y climáticas específicas.
El túnel de Audi se halla Ingolstadt (Alemania) en una instalación de 10,000 metros cuadrados con tres túneles, uno aerodinámico, uno termal y otro climático, en el que la marca alemana desarrolla sus automóviles de calle y sus coches de competición.
Se trata de una de las instalaciones más avanzadas del mundo, asegura Audi, y está dotada entre otros sistemas con un rotor de 5 metros de diámetro movido por una turbina de 2.6 megavatios, capaz de producir vientos de hasta 300 km/h, que no se detiene ni en época de vacaciones.
En el pasado ya utilizaron el túnel de viento de Audi deportistas como el nadador y campeón olímpico Ian Thorpe, que pudo mejorar el diseño de su bañador analizando las corrientes y turbulencias del aire, sujetas a los mismos principios físicos que el agua.
También han recurrido al túnel de viento de Audi equipos de ciclismo o de bobsleigh (deporte olímpico de invierno) para encontrar la posición ideal en la que situarse sobre la bicicleta o sobre el trineo, de cara a mejorar la penetración aerodinámica.
Aunque son los esquiadores y los saltadores de esquí los deportistas que pueden sacar el máximo partido del túnel de viento de Audi cuando se trata de descubrir la postura más aerodinámica o perfeccionar el movimiento durante el despegue o el vuelo posterior, algo muy difícil cuando se acaba la nieve y los entrenamientos específicos de temporada.