Acaba de estrenarse el tráiler oficial de Spider-Man: Homecoming, donde aparece el sofisticado Tony Stark, quien encarna al poderoso Iron Man. Ahora recordaremos alguno de los autos de este excéntrico millonario.
El Ford Flathead Roadster de 1932 es uno de los modelos “hot-rod” más llamativos del garaje de Stark en la primera parte de Iron-Man. Fue el coche que restauraron juntos Tony y su padre, por eso el director Jon Favreau (dueño del modelo) se ocupó de que todas las piezas fuesen las más originales posibles. Bajo su chasis con llamas incluidas monta un motor V8 de 85 caballos a 1.500 rpm. Podemos verlo junto a otros coches tan sorprendentes como un Cadillac Series 62 Coupe, un Mercury de 1949 y un avión Icon A5 con alas desplegables.
Shelby Cobra de 1967
Es el primer coche destrozado de la saga; salió mal parado cuando Tony aterriza en él después de practicar el primer vuelo de Iron Man durante la primera película. Esta versión cuenta con un motor V8 de 7 litros y 427 caballos de potencia, está revestido de aluminio y puede acelerar de 0 a 100 km/h en 12,4 segundos.
Saleen S7
Es un deportivo construido artesanalmente durante los años 2000 a 2009 por la marca estadounidense. Aunque no aparece demasiado durante el primer filme, es difícil pasar por alto su aspecto, su baja estatura y ese color brillante anaranjado que desprende su chasis de aluminio. El coche llama la atención a cualquier excéntrico multimillonario y cuenta con un motor V8 de 7 litros capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 2,8 segundos.
Tesla Roadster
Cuando Tony estaba practicando el vuelo de su primera armadura Iron Man, también podemos distinguir al fondo de su garaje un Tesla Roadster de color gris metalizado. No sabemos si sus baterías de iones de litio acabaron en el Mark-1, lo que está claro es que se trata de un modelo de tecnología avanzada capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de 4 segundos gracias a su motor eléctrico de 248 CV.
Otros coches destacados del científico y millonario son el Audi R8, el Audi R8 Spyder, el Audi R8 e-tron y el Rolls-Royce Phantom.
Fuente: Motor a Fondo