Michelin se estrena con sobresaliente en su vuelta a MotoGP. Había muchos interrogantes en torno a cómo iban a ser las primeras vueltas de los nuevos neumáticos, y también cómo iban a soportar el final de carrera, que se preveía más físico que con los Bridgestone. Nada de esto se cumplió, sino que los neumáticos de la firma de Clermont-Ferrand ofrecieron un rendimiento fabuloso.
Y más rápido que los Bridgestone. A diferencia de otros años, no pudimos ver esos inicios de carrera tan fulgurantes en cuanto a ritmo, donde el récord se hacía en la segunda o en la tercera vuelta. Según se sucedían los giros, el ritmo cada vez era más alto y todos los pilotos que rodaron en cabeza así lo demostraron. La vuelta rápida iba sucediéndose de uno a otro hasta que apareció el martillo de Jorge Lorenzo.
El balear realizó la vuelta rápida en la penúltima vuelta, bajando al 1'54 y mejorando el récord de la pista, que estaba vigente desde al año 2008 en manos de Casey Stoner, uno de los más antiguos. Esto demuestra la gran labor realizada por Michelin, que ha sido capaz de crear unos neumáticos que ofrecen un rendimiento óptimo durante todas las vueltas. Fue especialmente sorprendente ver cómo en el parque cerrado todos los neumáticos estaban intactos y apenas presentaban desgaste.
A lo mejor todavía es algo temprano para alabar el trabajo del fabricante francés, ya que en otros circuitos el comportamiento puede ser radicalmente diferente. Sin embargo, el comienzo es el soñado para Michelin y muchos pilotos acabaron muy satisfechos con el rendimiento de las gomas. Dentro de dos semanas afrontarán otra prueba difícil como es la del Gran Premio de Argentina, en la que el pasado año los neumáticos jugaron un papel fundamental en la victoria de Valentino Rossi.
Autobild