Una investigación en España ha determinado que el residuo sólido de la cerveza haría funcionar motores de combustión igual que la gasolina.
Esto se comprobó tras una serie de investigaciones en la Universidad de Valladolid y el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León. Esto gracias a que uno de los componentes de los desperdicios de la cerveza es el biobutanol, un componente con un octanaje parecido a la gasolina.
El biobutanol es muy usado como un biocombustible que es capaz de rendir como el petróleo o cualquier otro elemento energético, pero con más limpieza. Además de estudiar la capacidad de la cerveza de actuar como un combustible, también se realizan investigaciones a cereales y vegetales que también producen biobutanol, entre otros componentes.