Pasados los 5 años y con un evidente incremento por su naturaleza, los chicos suelen pedir un carro más grande a papá, uno donde quepan con más comodidad y no se trate del minicoche que le regalaron unas navidades atrás.
En eso se enfocó Young Driver Motor Cars Limited, una empresa británica que habitualmente se dedica a brindar clases de seguridad a niños de entre 10 y 17 años, para la producción de Firefly, un pequeño coche eléctrico para los menores de 10 años.
Estos vehículos, con capacidad para dos pasajeros, fueron puestos a prueba en el pasado abril por más de 1000 jóvenes y a partir de ahí han continuado con su desarrollo y evaluaciones para refinarlo lo más posible.
Firefly contiene frenos hidráulicos de disco, suspensión independiente, panel de control como si fuera una tablet, faros y luces traseras LED y nueve horas de autonomía. Está impulsado por dos baterías de 12V.
Por tratarse para un público especial, su velocidad está limitada a 15 km/h, pero cuenta con un modo de conducción ‘Junior’ limitado a los 8 km/h. Un detalle importante es que cuenta con un mando de control remoto, que permite a un adulto detener el coche hasta a 120 metros de distancia.
A partir del 2017, el Firefly entrará a la venta en Gran Bretaña y se presume que su precio bordeará los 7000 euros.
